La infancia y juventud de Spínola se desarrolla en diversas localidades donde su padre es destinado por la armada, San Fernando, Motril, Valencia, Sanlúcar de Barrameda y Sevilla. A pesar de estos continuos cambios, con solo 21 años, en 1954 obtiene el título de licenciado en derecho en la Universidad de Sevilla, abriendo despacho en Huelva donde presta asistencia letrada gratuita a los pobres.
Más tarde deja la profesión para entrar en el seminario de Sevilla y recibe la ordenación sacerdotal el 21 de mayo de 1864. Celebra su primera misa en la iglesia de san Felipe Neri de la misma ciudad, el 3 de junio , festividad del Corazón de Jesús.
Comienza su sacerdocio de capellán de la Iglesia de la Merced en Sanlúcar de Barrameda. Es nombrado por el Cardenal Lastra párroco de San Lorenzo de Sevilla, ejerciendo como tal desde de marzo de 1871 hasta Mayo de 1879. En sus destinos demuestra una entrega incondicional a sus feligreses y dedica su mejor tiempo sobre todo al ministerio de la reconciliación.
Es nombrado en 1879 canónigo de la catedral de Sevilla por el después Cardenal Lluch, y en 1881 obispo auxiliar de la misma archidiócesis. Promovido obispo de Coria-Cáceres por S.S. León XIII en 1884, ocupa la sede desde 1885 hasta 1886, desarrollando allí un intenso apostolado. También entre los años 1891 y 1899 ostenta el cargo de Senador.
Con Celia Méndez y Delgado, a quien ha conocido en la parroquia de San Lorenzo, funda en Coria la Congregación de Esclavas del Divino Corazón.
Es enviado a la diócesis de Málaga en 1886, y en 1896 se le designa Arzobispo de Sevilla. Allí, entre otras iniciativas funda el Correo de Andalucía en 1899. San Pío X le hace cardenal en 1905. El 31 de diciembre de 1905, su Majestad el rey de España, Alfonso XIII, le impone la birreta cardenalicia. Muere en Sevilla el 19 de enero de 1906, a los 71 años de edad.
S.S. juan Pablo II le confirio la dignidad de beato en 1987, en una ceremonia celebrada en Roma.
Cuando es consagrado obispo en Sevilla el 6 de febrero de 1881 escribe en su escudo episcopal la frase de San Pedro " Omnia possum in eo", "Todo lo puedo en Él", en alusión al Sagrado Corazón de Jesús, figura que colocó en el centro del escudo.
En su primera diócesis Coria (Cáceres), a los tres meses de llegar, Spínola se interna en las Hurdes, donde ningún obispo antes se había atrevido a entrar. Allí palpa y trata de aliviar las grandes necesidades de la región. De allí a Málaga, nueve años; después Sevilla, principio y fin de trayecto de su vida de pastor.
Esta última etapa sevillana está llena de importantes acontecimientos sociales y eclesiales. En todos ellos supo conducirse con sabiduría. Desde la humildad y el amor estuvo "siempre a punto para el bien". Siempre tuvo Marcelo Spínola una clara conciencia de que los bienes son para compartirlos con quienes los necesiten. Así lo vivió desde sus años de abogado como en los de párroco. Todo lo suyo, dinero, cualidades, conocimientos, los empleó en servicio de los demás. Esta actitud se incrementó con los años, al avanzar en responsabilidades y en santidad.
Un hecho ha inmortalizado el amor de Marcelo Spínola para con los pobres: pedir limosna por las calles de Sevilla durante la terrible sequía de 1905. La figura de Spínola mendigando durante seis días por las calles de Sevilla bajo el calor sofocante de agosto causó un impacto tremendo en la sociedad sevillana. Lo llamarán "el arzobispo mendigo"
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