Al alba de la mañana
campanea la Giralda
y el giraldillo despierta
oliendo a olivo y a palmas.
La pasión, la devoción
de primavera;
huele a azahar y a chicotá
campanillera.
Huele a Sevilla:
cruz de guía,
cofradía,
penitente,
buena gente,
nazareno,
caramelo,
costalero,…
y Sevilla.
Suena una saeta
-mantilla
y peineta-,
rosa y jazmín
¡y a Semana Santa al pie
del Guadalquivir!
En esta ciudad
nazarena,
vestida de Inmaculada
y de Esperanza morena,
huele a igualá,
a levantá,...
huele a martillo.
Huele a clavel,
a Gran Poder,
a Baratillo.
Huele a Sevilla.
Capataces,
antifaces,...
huele a cera.
A madera,
a Azucena,
a Macarena,
a Altozano…
Y Sevilla.
Aquí huele a saeta,
a mantilla
y a peineta,
Rosa y jazmín,..
¡y Semana Santa al pie
del Guadalquivir!
Sevilla es la parihuela
de un bello paso de palio
que cruza, en trabajadera,
las calles, plazas y barrios.
Huele a costal,
a catedral,...
huele a Calvario.
A cielo azul,
a Santa Cruz
y a campanario.
Huele a Sevilla.
Seguidilla,
canastilla,
alegría,
contraguía,…
Y Sevilla.
Huele a saeta,
mantilla
y peineta.
Rosa y jazmín,...
¡y a Semana Santa al pie
del Guadalquivir!
El giraldillo es la gracia
de nuestra fe mariana
y es ese gran campanero
con veinticinco campanas.
Huele a oración
de Redención
y a flor de incienso.
Huele a ruán
y a Madrugá,...
huele a Silencio.
Huele a Sevilla.
Aguadores,
escultores,
pertigueros,
pregonero,
Simpecao,
los armaos,
banda y marcha,…
Y Sevilla.
¡Y a Semana Santa al pie
del Guadalquivir!
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