"Mananta" es la contracción de las palabras Semana Santa de uso común en Puente Genil. El vocablo comenzó a utilizarse a principios del siglo XX y su uso se ha generalizado en la villa a lo largo de dicha centuria. Tiene su origen en el "mal decir" de ambas palabras juntas por parte de un hombre deficiente apodado "El Nené". Se conoce como manantero a la persona que participa en la Semana Santa de forma activa.
Dentro de las peculiaridades de la Mananta está la figura del "Imperio Romano", corporación apolítica cuyo fin primordial es la de honrar al patrón de la localidad, Nuestro Padre Jesús Nazareno, apodado "El Terrible", a cuya ermita se sube con bengalas y música el sábado anterior a carnaval, los cinco correspondientes a Cuaresma y el Domingo de Ramos. Una vez en el lugar la banda de música interpretara el "Miserere" y el "Stabat Mater", regresando posteriormente al cuartel donde los integrantes de la corporación cenarán.
Asimsimo en la madrugada del Viernes Santo el "Imperio" asistirá a a salida del Patrón, interpretando la "Diana" y desde el Jueves Santo participará en diversos desfiles procesionales de la villa.
Actualmente la Corporación está dividida en "escuadras" denominadas según el color de la capa que utilizan, estos son Grana, Azul, Verde, Cardenal, Oro y Tabaco, esta último correspondiente a la banda de música.
Está formada por unos 172 miembros, y consta de un Capitán, dos Tenientes y Abanderado; sus hermanos se clasifican en Activos, Pasivos, Músicos y honorarios, estando limitado el número de miembros que desfilan al número de trajes de que fija la corporación, bien de su propiedad o bien propiedad de los hermanos.
Las foto y vídeos a continuación corresponden a la subida del "4º Sábado de Romanos".
En este punto no puedo por menos que agradecer a los integrantes del "Imperio Romano" las atenciones que en este día tuvieron para con este cofrade sevillano, no solo las facilidades dadas para la realización de fotos y vídeos, así como el detalle de compartir sus tragos de "uvita" junto a las puertas del Santuario , sino la posterior invitación para compartir con todos la cena. Puedo asegurar que en ningún momento tuve la sensación de ser un invitado, sino que el calor y la confraternidad hicieron que me sintiese realmente como en casa. Especialmente mi agradecimiento al Capital de Imperio y a Antonio Suai a los cuales siempre estaré agradecido por su hospitalidad.
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