Vicente Aleixandre |
Vicente Aleixandre y Merlo, único sevillano merecedor del "Premio Nobel", en la categoría de literatura, nació 26 de abril de 1898, muriendo en Madrid el 13 de diciembre de 1984, inscrito en la denominada Generación del 27 fue asimismo miembro de la RAE ocupando el sillón de l letra O. Posee asimismo el "Premio nacional de literatura" otorgado en 1933 y el "Premio de la crítica" concedido en los años 1963 y 1969.
Su padre
era Ingeniero de Ferrocarriles, hombre hábil en negocios de
inversión; su madre, Elvira, había sido educada refinadamente en el seno de
una familia de la alta burguesía. Su infancia transcurre entre Málaga y Madrid. Estudia al unísono Derecho y
Comercio, se licencia en 1919 en derecho y obtiene el título de intendente mercantil, durante unos años es profesor en la Escuela de Comercio de
Madrid especializándose en Derecho Mercantil.
Su amistad con Dámaso Alonso y sus inquietudes literarias le llevan
a leer y a estudiar a los grandes poetas de la literatura universal,
como Bécquer y Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez.. Sufre una grave enfermedad, una nefritis tuberculosa, en el año 1925, teniéndosele que extirpar un riñón años más tarde. Durante su
recuperación se dedica a escribir poesías que son publicadas en las
revistas culturales más importantes de la época, consiguiendo gran
éxito. Ahí empieza su amistad con los otros componentes de la Generación
del 27, como Federico García Lorca y Luis Cernuda.
Aleixandre, Cernuda, Lorca |
Le otorgan el
Premio Nacional de Literatura por La destrucción o el amor. En el jurado
estaban Manuel Machado, y los catedráticos Gerardo Diego y Dámaso Alonso.
Vicente Aleixandre, hombre de ideas izquierdistas y homosexual no declarado, es denuciado en el año 36, a principios de la guerra civil, salvándole de un periodo en prisión su amigo Rubén Darío, que en esos momentos era consul de su país en España. Pese a estas dos circunstancias personales, no afines el régimen que se establece en España en 1939, el poeta decide no exiliarse como muchos otros intelectuales contrarios a la dictadura en la que el país más de tres decenios.
En 1949 es nombrado miembro de la Academia de la Lengua, leyendo su discurso un año después y recibiendo la réplica por parte de su amigo Dámaso Alonso, que años después sería elegido presidente de la institución.
En 1977 la Academia Sueca le concede el Premio Nobel de
Literatura «por una obra de creación poética innovadora que ilustra la
condición del hombre en el cosmos y en nuestra sociedad actual, a la par
que representa la gran renovación, en la época de entreguerras, de las
tradiciones de la poesía española». Este premio se considera el refrendo de la Academia Sueca a a simpar obra de toda la generación del 27 española.
Aleixandre con intelectuales de la época |
Su obra se caracteriza por el uso de la metáfora y se le reconoce como
el principal poeta surrealista español. Se dice que su trayectoria se
divide en tres etapas: una primera de poesía pura (con influencias de
Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Jorge Guillén), otra de poesía
surrealista y una tercera de poesía antropocéntrica (Desde una posición solidaria, aborda la vida del hombre común, sus
sufrimientos e ilusiones. Su estilo se hace más sencillo y accesible )
A Don Luis de Góngora
¿Qué firme arquitectura se levanta
del paisaje, si urgente de belleza,
ordenada, y penetra en la certeza
del aire, sin furor y la suplanta?
Las líneas graves van. Mas de su planta
brota la curva, comba su justeza
en la cima, y respeta la corteza
intacta, cárcel para pompa tanta.
El alto cielo luces meditadas
reparte en ritmos de ponientes cultos,
que sumos logran su mandato recto.
Sus matices sin iris las moradas
del aire rinden al vibrar, ocultos,
y el acorde total clama perfecto.
del paisaje, si urgente de belleza,
ordenada, y penetra en la certeza
del aire, sin furor y la suplanta?
Las líneas graves van. Mas de su planta
brota la curva, comba su justeza
en la cima, y respeta la corteza
intacta, cárcel para pompa tanta.
El alto cielo luces meditadas
reparte en ritmos de ponientes cultos,
que sumos logran su mandato recto.
Sus matices sin iris las moradas
del aire rinden al vibrar, ocultos,
y el acorde total clama perfecto.